Rudolf Steiner fue uno de esos personajes míticos, revolucionarios y controvertidos que el siglo XX nos ha dado. Su línea de pensamiento se encontraba a medio camino entre el esoterismo y la ciencia, lo que propició el nacimiento de varias ramas enfocadas al estudio del individuo como elemento único de la naturaleza, poseedor de varios estratos diferenciados; espíritu, cuerpo y alma. A lo largo de estas páginas, Larutanatural se adentrará en nuevos artículos en algunas de las diversas corrientes de pensamiento desplegadas por Steiner y que no podemos tratar en profundidad en este texto, pero que están ligadas profundamente a su contenido y que nombraremos como referencia: la antroposofía, la agricultura biodinámica y el esoterismo propiamente dicho. esta vez nos centraremos en uno de los legados más importantes y polémicos de Steiner a la sociedad: La Escuela de Educación Libre Waldorf, o método pedagógico Waldorf o simplemnte «Escuelas Waldorf».

En 1919, en el marco de una serie de conferencias sobre organización social, economía y política realizadas a lo largo de la antigua Prusia, Steiner impartió una charla en la fábrica de tabacos Waldorf Astoria, en la ciudad de Stuttgart. Emil Molt, dueño de la fábrica, estrechamente ligado a la sociedad antroposófica, solicitó a Steiner ayuda para la creación de una escuela que siguiendo los fundamentos y filosofías explicadas por Rudolf Steiner y sirviéndose de sus técnicas aplicadas, educara en condiciones de libertad individual a los hijos de sus trabajadores. Sí, habéis leído bien, la primera Escuela Waldorf, donde los principios de libertad individual y unicidad personal son tenidos como base de la educación, de manera que cada ser humano único recibe una educación fundamentada en sus propias necesidades, características, tipo de inteligencia preeminente y genética, nació por iniciativa de un empresario, en ese año de 1919. Por eso el nombre de esta clase de pedagogía lleva honoríficamente el apellido de la mencionada fábrica de tabacos. Se abrieron escuelas en otras ciudades incluyendo hamburgo y La Haya. Posteriormente el régimen nazi las persiguió y prohibió, teniendo que pasar a la clandestinidad. Sin embargo, la expansión de las ideas de Steiner viajó con muchos de los exiliados de la II Guerra Mundial seguidores de Steiner que continuaron el camino que él mismo había abierto allí a finales de los años 20. Después de la guerra, muchas de las escuelas cerradas reabrieron sus puertas, pero no es hasta los años 70 cuando hay un renacer del interés por las teorías antroposóficas de Steiner. En España, la primera escuela Waldorf data de 1979 instaurada en la localidad madrileña de Las Rozas. Según datos de la “Asociación Internacional de Escuelas Waldorf” en España existen 7 centros que imparten enseñanza Waldorf en las etapas de primaria y secundaria.  Este número es mínimo, por lo que estos centros, en el sistema educativo español, tienen una representación ínfima. Sin embargo, según asegura Jesús Ledesma García tras ponerse en contacto con El Centro de Formación de Pedagogía Waldorf, en España en 2011 existían ya:

  • 18 Centros de Educación Infantil.
  • 7 Centros de Educación Primaria.
  • 1 Centro de Educación Secundaria y Bachillerato: Escuela Micael.
  • 12 Centros de Madres de Día.
  • 5 Centros de Formación del Profesorado en Pedagogía Waldorf.

Para los seguidores de esta corriente, el «método Waldorf» plantea el proceso de aprendizaje como desarrollo necesario destinado a alcanzar la libertad individual, a través del espíritu. Según la Asociación de Centros Educativos Waldorf: «La educación ha de llevarse a cabo como un obrar artístico, en un ambiente libre y creador. Su funcionamiento ha de basarse  en una amistosa colaboración entre maestros y padres ya que los alumnos serán siempre el centro de toda la actividad.»  Fundamentada en la crítica constructiva hacia el modelo tradicional de enseñanza pedagógica, basado en la superación de pruebas y exámenes y en la competencia por un puesto final, ya sea por una plaza de estudios o un puesto de trabajo, la escuela Waldorf trata a cada alumno de forma diferenciada, integrándolo en la siguiente fase social de una manera natural y coherente, ignorando las, para ellos, rudimentarias divisiones de temporalidad. Así (y aunque la documentación originaria de Steiner y basada en los principios de la antroposofía dividía los estadios de aprendizajes en 3 etapas de siete años o septenios) el modelo de enseñanza que promulgan gira en torno a lo que podríamos resumir en el siguiente extracto, que es una puesta en común de los diferentes manifiestos de varias Escuelas reconocidas con el distintivo Waldorf como son el Instituto Juana de Arco en Buenos Aires (Argentina), el Colegio Novalis en Montevideo (Uruguay), Colegio «El Trigal» en Córdoba (Argentina), la Escuela Libre Micael en Las Rozas, Madrid (España)

  • Estratificación por etapas formativas. No se tiene en cuenta la superación de un nivel marcado por la edad para alcanzar el siguiente. En general, consideran que el «jardín de infancia» es una solución de emergencia que sustituye a la primera etapa formativa, donde el niño debe estar con su madre y comenzar a conocer el mundo a través de la socialización con sus hermanos y vecinos (Colegio Novalis). La enseñanza primaria comienza a los 7 años.»Quienes se ocupan de un niño pequeño-los padres, los maestros de guarderías y jardines de infantes-tienen la responsabilidad de crear un entorno que sea digno de imitación, ya que el niño imita sin discriminar. El entorno, pues, debe ofrecer al pequeño abundantes elementos positivos para ser imitados y oportunidades para el juego creativo. Esto lo sustenta en la actividad central de sus primeros años: el desarrollo de su organismo físico. El desviar las energías del niño de esta tarea fundamental, para satisfacer prematuras demandas intelectuales  lo priva de la salud y la vitalidad que necesitará para su vida futura. Al empujarlo hacia la actividad intelectual en esta edad, se termina, a la larga, debilitando precisamente las capacidades de juicio y de inteligencia práctica que se busca desarrollar.» (Escuela Waldorf «El Trigal», Córdoba, Argentina)
  • No existe un horario establecido. Se profundiza en la áreas hasta que son asimiladas y se pasa a la siguiente.
  • Se intenta evitar la intelectualización precoz del niño. El acercamiento a los conceptos más abstractos y a la conceptualización de ideas y términos materiales debe ser abordado individualmente, atendiendo al desarrollo motriz e intelectual de cada individuo (como se ha indicado antes).
  • La jornada escolar es dinámica. Suele comenzar con una clase, que según el país o escuela varía en su denominación, pero que vendría a ser algo así como una clase principal. El profesor ahondará en una materia, que diferirá según la semana, y que se trata en profundidad durante varias, hasta que ha quedado profundamente aprehendido por todos los mecanismos de percepción del niño, tanto mentales como físicos y motrices. El maestro desarrollará una gran cantidad de actividades y juegos relacionados con la materia, encaminados a armonizar cuerpo y mente, activar la circulación de la sangre y preparar al individuo para la asimilación de conceptos y la creación de nuevas realidades y espacios virtuales con ellos.
  • Se considera el arte como un canal más de conocimiento y aprendizaje. A través de las diferentes manifestaciones artísticas (danza, música, poesía, arte dramático, escultura, pintura, cine…) los niños aprenden a conceptualizar y asumir los conocimientos y, sobre todo, a ponerlos en relación con ellos mismos, su cuerpo y el entorno que los rodea.
  • Se preconiza y se acerva la utilización de materiales naturales en el entorno de los niños. Esto no es una idea original de Steiner, pues en su época, no había tal preocupación por el medio ambiente como hay hoy pero ha sabido ser adaptada por las actuales escuelas Waldorf como valor añadido.
  • Se hace mucho hincapié en la relación del profesor con los alumnos. Por eso el mismo profesor acompaña a los alumnos durante los primeros 8 años de estudios.
  • Ve a los sistemas actuales como rígidos, excesivamente normalizados, competitivos y alejados de los gustos del educando, proponiendo una pedagogía más práctica y creativa.

Aquí tenéis una magnífica conferencia de la investigadora Patricia Quiroga Uceda, Universidad Complutense de Madrid, ofrecida en la Universidad de Valladolid con el título: «Rudolf Steiner y la pedagogía Waldorf. Historia y Actualidad.»

No podemos dejar de indicar algunos de los grandes caballos de batallas que los padres que deciden educar a sus hijos bajo el sistema ideado por Steiner se encuentran a menudo al enfrentarse a las normas y paradigmas de las sociedades modernas. Un ciclo completo Waldorf dura 12 años, dividido en dos etapas de 4 años (jardín de infancia) y 8 años (lo que vendría a ser primaria. El sistema educativo propone pruebas y exámenes constantes que el alumno debe superar. En las Escuela Waldorf, los exámenes no existen hasta muy avanzada edad y siempre como preparación para los desafíos que el alumno se encontrará fuera (acceso universitario, oposiciones…). Esta misma desregulación es la que muchos de sus detractores le afean al método creado por Steiner a la hora de preparar a sus alumnos de cara a una realidad bien diferente a la que han vivido en sus años de preparación en las aulas. Muchos otros lo tachan de sectario, debido a su orientación cristiana en algunas de las Escuelas que utilizan el método Waldorf y al hecho de estar basada en la concepción de antroposofía creada por Steiner: «La antroposofía es una mezcla de teosofía, interpretaciones libres de filosofías orientales y cristianas, esoterismo, ecología, arquitectura, pseudomedicinas y reencarnación. Todos estos componentes obviamente son bien recibidos por los acólitos a las corrientes New Age»  (Silletta 1986).

Pero sin entrar en este tipo de disquisiciones, hay que señalar que este método de aprendizaje basado en la visión individual del alumno y el acercamiento personalizado, entendiendo como personalizado la preocupación por su formación a nivel intelectual, motriz, individual y espiritual, está generando cada vez más aceptación y poco a poco se abren más centros. Junto con el Método Escandinavo y el Método Montessori (de los cuales hablaremos en p´roximos artículos pero de los que cabe adelantar que también fundamentan sus enseñanzas en la actividad dirigda por el niño y el seguimiento clínico del profesor, dando importancia siempre a las artes y capacidades personales de cada niño) son la alternativa más seria al sistema educativo convencional.